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Lic Carolina Romera



miércoles, 31 de marzo de 2010

PLANEAMIENTO Y PROGRAMACIÓN DEL PROCESO DIDÁCTICO UNIVERSITARIO

PLANEAMIENTO Y PROGRAMACIÓN DEL PROCESO DIDÁCTICO UNIVERSITARIO



Este contenido es parte de un curso a distancia. Si quiere leerlo completo, envíeme un mail. Gracias.



INTRODUCCIÓN

Hablar de universidad y reflexionar sobre el trabajo que hacemos en ella como profesores constituye un proceso imprescindible para mejorar nuestro nivel de conocimiento sobre lo universitario y nuestro compromiso con la calidad.

A través de este módulo se propondrá desgranar algunas ideas útiles para entender mejor la Universidad y abrirnos caminos hacia su mejora.

En esta primera Unidad abordaremos el concepto de planeamiento didáctico y lo vincularemos con el de currículo. Luego haremos una distinción entre diferentes modelos aplicados a la universidad.


DESARROLLO


QUÉ ES EL PLANEAMIENTO




Antes de analizar el porqué de esta tarea de planificar, analizaremos el significado de términos como plan, planificación, programa, diseño, proyecto. ¿Todos ellos refieren a lo mismo? ¿En qué se diferencian? Veamos algunas de las acepciones que podemos encontrar en el Diccionario de la Lengua de la Real Academia Española (1992):




 Plan: (de plano) Intento, proyecto, estructura. /Representación gráfica de un terreno o de una construcción. /de estudios: conjunto de enseñanzas y prácticas que, con determinada disposición, han de cursarse para cumplir un ciclo de estudios u obtener un título.

 Planificación: Plan general, científicamente organizado y frecuentemente de gran amplitud, para obtener un objetivo determinado, tal como el desarrollo económico, la investigación científica, el funcionamiento de una industria, etcétera.

 Programa: (del griego programma: pro, adelante, y gramma, escritura, prographo: anunciar por escrito) Previa declaración de lo que se piensa hacer en alguna materia u ocasión. /Sistema y distribución de las materias de un curso o asignatura que forman y publican los profesores encargados de explicarlas./ Proyecto ordenado de actividades. / Serie ordenada de operaciones necesarias para llevar a cabo un proyecto.

 Proyecto: (del latín proiectus: la acción de extenderse y arrojar hacia adelante) Representado en perspectiva. /Designio o pensamiento de ejecutar algo. /Primer esquema o plan de cualquier trabajo que se hace a veces como prueba antes de darle forma definitiva.

 Diseño: (del italiano, disegno) Traza, delineación de un edificio o de una figura. /Descripción o bosquejo de alguna cosa, hecho por palabras.




Estos términos, bastante usuales en el campo de la enseñanza, nos muestran un interesante cruce de significados. En primer lugar, encontramos la representación como característica común a todos ellos. En segundo lugar, la posibilidad de anticipación y, en tercer lugar, el carácter de prueba o intento, carácter de NO definitivo sino abierto a cambios. Analicemos en detalle estas características comunes:




 La cualidad de representación que incluyen estos términos se expresa del siguiente modo: el plan es una representación gráfica. El origen de la palabra iguala plan a plano: la representación gráfica de un terreno. El diseño es una descripción hecha con palabras, y podemos pensar las palabras en lugar de las cosas. Tendríamos así la representación de las cosas a través de las palabras. Por su parte, el proyecto es una representación en perspectiva (temporal o espacial).




 En el plan está también la posibilidad de anticipación, pues un plan es un intento o proyecto de realizar una cosa. Proyecto es, en su origen latino, la acción de extenderse y arrojarse hacia adelante (como los proyectiles). Pero un proyecto es también un designio o pensamiento de ejecutar algo, el primer esquema de cualquier trabajo que se hace como prueba. El programa, que en griego significa delante de la escritura es, en su acepción moderna, una previa declaración de lo que se piensa hacer.




 El carácter de intento o prueba está expresado en forma textual en las definiciones de nuestros conceptos: el plan es un intento o proyecto de realizar una cosa. Un proyecto es también un primer esquema o plan de cualquier trabajo que se hace a veces como prueba, antes de darle forma definitiva.




Estas tres características constituyen el nudo alrededor del cual podemos pensar los problemas de la planificación o el diseño de las experiencias educativas.




Se representa la realidad —a través de palabras, de gráficos o de esquemas— para anticipar o prever cómo se desarrollarán las situaciones educativas: de qué manera se realizará la presentación de ciertos contenidos, qué acciones de enseñanza favorecerán los procesos de aprendizaje de los alumnos. Y esta representación/ anticipación se manifiesta como un intento que tiene el carácter de prueba, ya que supone la posibilidad de realizar modificaciones, rectificaciones o cambios sobre la marcha cuando se pase del plano de la representación al plano de la acción propiamente dicha.




A lo largo de este Módulo utilizaremos indistintamente los términos diseño y planificación.

Diremos que el diseño o la planificación es una prefiguración de la realidad que sirve para guiar la práctica. En tanto su finalidad es práctica, no podrá haber diseños abstractos, utilizables más allá de cualquier tiempo y lugar. Pensar el diseño o la planificación como instrumentos abstractos sería negar su carácter de representación situada que orienta la acción, ya que la acción siempre remite a algo concreto, social e históricamente existente. Y su representación —por el medio que sea— debe contemplarlo de este modo.



En todo tipo de prácticas donde se buscan finalidades se realizan planes, diseños, planificaciones. Desde la ruta que planificamos para llegar cada día a nuestro trabajo hasta la planificación de la gestión de una gran empresa, ponemos en juego estrategias de ordenamiento de los elementos implicados y de las acciones posibles. Se toma en cuenta cómo es la realidad y se busca plasmar esto de alguna manera aunando la representación y la anticipación.

Luego, las acciones se desarrollan y se contrasta permanentemente el plan con la realidad. Aquí la vinculación con la evaluación. De este contraste surge la necesidad de ajustar el plan o diseño original. Así, sólo el contraste entre el plan y el camino podrá indicar si esta anticipación es viable. Puede ocurrir un corte de rutas, un accidente, etc. En este caso, las decisiones que se abren son variadas. ¿Pero sobre qué criterios basaremos nuestra decisión? Guardando las debidas distancias, lo mismo ocurre en una gran empresa y en el sistema educativo.

Aquí es necesaria la siguiente observación: si bien es cierto que la realidad marca buena parte del camino que debe adoptar el diseño, las decisiones sobre qué hacer con los diversos elementos, cómo abordarlos, seleccionarlos y jerarquizarlos, no se toman solamente con criterios técnicos. Las decisiones derivan también de razones políticas, éticas, personales. En el caso del camino a seguir, para elegir otro habrá que considerar su costo, distancia o qué otros caminos conocemos. Habrá que tomar en cuenta el contexto en que la situación del viaje ocurre, quiénes son los actores que participan en ella, los involucrados en la decisión, los costos de la elección, los beneficios.

En el caso de la enseñanza, el docente se encuentra con una realidad atravesada por múltiples condicionantes que favorecen o que obstaculizan su tarea. La complejidad de la situación que enfrenta y el hecho de que existen exigencias propias del sistema educativo a las que el docente debe atender, justifica y hace necesaria la existencia de diseños o planificaciones de la enseñanza.

La tarea del diseño es representar la complejidad de los elementos que intervienen en la situación para anticipar cómo será posible desarrollarlas (orientarlas, dirigirlas o gobernarlas), conservando siempre su carácter de prueba o intento.

Para llevar adelante la tarea de enseñanza es preciso planificar. Pero, ¿cómo hacerlo? Ya hemos visto que nos ayudaremos con un plan o diversos tipos de planes. Pero, ¿qué forma de planificación o diseño adoptar? La pregunta no es retórica, pues dependiendo de cómo se hayan definido los demás elementos (el contenido, el currículum, el aprendizaje, las comunicaciones en el aula, la enseñanza, las filosofías de la enseñanza) será el tipo de diseño o planificación que se adopte. En relación con esas definiciones (que en cierta forma son previas al hecho de planificar) podemos ver que hay diferentes tipos de diseño.




"(Si) por currículum se ha entendido de forma dominante el compendio de contenidos, diseñarlo es hacer un esbozo ordenado de qué cosas había que transmitir o aprender secuenciadas adecuadamente... Si por currículum se entendiese un conjunto de objetivos que conseguir en los alumnos, el diseño es la estructura y ordenación precisa de los mismos para poder lograrlos a través de unos procedimientos concretos.

Si por currículum entendemos el complejo entramado de experiencias que obtiene el alumno, incluidos los efectos del currículum oculto, el diseño tiene que contemplar no sólo la actividad de enseñanza de los profesores, sino también todas las condiciones del ambiente de aprendizaje gracias a las que se producen esos efectos: relaciones sociales en el aula y en el centro, uso de los textos escolares, efectos derivados de las tácticas de evaluación, etc." 1




Si se revisan bien cada una de estas tres versiones sobre lo que es planificar o diseñar, se podrá ver que cada una de éstas supone una forma de pensar el currículum, el alumno, el docente, el aprendizaje, los contenidos y la enseñanza. Estas ideas nos sitúan frente al núcleo problemático de este capítulo: ¿qué concepción de diseño adoptar? ¿Qué lugar ocupa el docente en el diseño de la enseñanza? ¿Cómo diseñar o planificar experiencias educativas?.

Muchos de Ustedes pensarán que tienen poco que hacer al respecto dado que la concepción de diseño, viene adoptada “de arriba” y deben por tanto adecuarse a la misma. Pero, cabe entonces preguntarse qué concepción de diseño subyace a ella para comprender su lógica y cómo puedo amoldarla a mis necesidades como docente.

1 Gimeno Sacristán, J. y Pérez Gómez, A.: Comprender y transformar la enseñanza. Madrid, Morata, 1993, pág. 230.




CONCEPTO DE CURRÍCULO


Retomando el concepto de currículo diremos que es el proyecto formativo que se pretende llevar a cabo en una institución educativa, en nuestro caso la Universidad. Una buena definición de currículo debería incluir, además, la idea de “unicidad” y “cohesión interna” característica que resulta esencial a la perspectiva curricular. El currículo como proyecto formativo integrado es la idea que nos va a servir de punto de referencia, y que puede ser aplicada con facilidad a cualquiera de los niveles en que se desarrolla la actuación formativa de la Universidad: desde la elaboración de los Planes de estudio (como marco curricular institucional) hasta la programación que cada profesor hace de las asignaturas a su cargo, pasando por todos aquellos planes anuales que pueden generarse en las diversas instancias intermedias. Todos ellos son currículo y a todos ellos se les puede aplicar las ideas y condiciones que desarrollaremos a continuación.



La idea de curriculum que expondremos se basa en el desarrollo teórico de Zabalza y tiene tres condiciones básicas y necesarias: proyecto formativo integrado.



Proyecto: el currículo es un proyecto, esto es, algo que se ha pensado y diseñado en su totalidad, de la misma manera que se proyecta una construcción o una actuación social o incluso un espectáculo. Es decir se toma en consideración todo el proceso en su conjunto en lugar de proceder por la simple adición de partes o momentos del proceso. Pensar un proceso en su totalidad implica no dejar las cosas a la improvisación, ni proceder a una mera adición de partes según se vayan presentando.




Bastaría con reflexionar en la elaboración de los planes de estudio o la forma en que todavía se presenta a veces el programa de la asignatura para que entendiéramos lo importante que resulta este punto del proyecto.




Los proyectos precisan a su vez de algún tipo de formalización (estar escritos, diseñados o prediseñados en sus líneas maestras, etc) que los convierta en documentos. Los profesores solemos ser bastante reacios a formalizar nuestras programaciones, a darlas por escrito. Algunos defienden que esto no es necesario , porque ellos tienen muy claro en su mente lo que desean hacer y todo lo demás lo valoran con meros burocratismos pedagógicos. Pero si las cosas no figuran por escrito no podrán hacerse públicas y, por tanto, no podrán ser debatidas públicamente por los afectados. Y con ello, tampoco acabarán constituyendo un compromiso institucional y/o personal.




Esta formalización es la que convierte a los proyectos en algo publico y por tanto constatable, discutible, objeto de controversia posible entre los implicados. Lo interesante de la docencia es que constituye una relación con efecto sobre las personas. Hay por tanto afectados. De ahí que la publicación (en el sentido de hacer público lo que se pretende llevar a cabo) constituye un escenario exigible a los profesionales de la docencia. No podemos hacer lo que queramos, al menos en sentido absoluto. Puede que lo que nosotros consideremos valioso y de interés no lo sea para los otros afectados: la institución, los alumnos, los grupos sociales. De ahí que sea importante esta condición de la publicidad porque permite conocer las intenciones del formador, los contenidos y experiencias formativas que ha seleccionado, la forma en que pretende llevarlas a cabo, etc. Conocerlas y, en su caso, discutirlas.




Finalmente, esa publicidad los convierte además en compromiso: quien propone- promete un plan formativo y lo hace publico, se compromete a llevarlo a cabo y de no hacerlo pueden exigírsele las correspondientes responsabilidades.



Formativo: al hablar de currículo lo estamos haciendo, obviamente, de un proyecto formativo en el sentido de que su finalidad última es obtener mejoras en la formación de las personas que participen en él. El debate sobre la naturaleza de la formación es una cuestión central en el diseño y desarrollo de la docencia.




Cualquier programa universitario ha de servir para mejorar a las personas en todo el amplio espectro de dimensiones en que los estudiantes universitarios pueden mejorar: como personas, como estudiantes, cono intelectuales, como futuros profesionales, etc. No se trata entonces de aprender cosas, sino de formarse. Esta es la gran misión de la universidad.




Integrado: decimos integrado en el sentido de que los proyectos curriculares precisan unidad y coherencia interna. No es una acumulación de conocimientos y experiencias sino un proceso caracterizado por una adecuada estructura interna y una continuidad y lógica que sea capaz de promover el máximo desarrollo personal y profesional de los estudiantes.


Esta idea de la integración o continuidad se opone a la mera yuxtaposición de unidades formativas que suele ser el modelo curricular habitual en algunas universidades. Las carreras a menudo están ensambladas como una sucesión, unas veces más pensada otras fruto del mero juego de intereses, de disciplinas y actividades formativas que funcionan como unidades estancas y escasamente relacionadas con las que le precedieron y con las que le siguen en el plan de estudios. De esta manera existe nula posibilidad de establecer procesos formativos continuados que superen el tiempo y los contenidos de cada disciplina aislada.



Como puede verse las tres dimensiones de la idea de currículo se complementan mutuamente. Lo que se espera de los planes docentes universitarios es justamente eso, que se conviertan en una propuesta capaz de operativizar la misión formativa y formalizadora que tiene encomendada la universidad. Esto puede hacerse a través de un auténtico plan de formación: un proyecto bien pensado, en el que se ha incluido aquel tipo de experiencias y conocimientos que resultan básicos en relación al perfil profesional y en el que se ha introducido una secuencia lógica en el proceso que permita optimizar los resultados formativos.

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